Crónicas
Espejo Privado
Transnacional
En estos días me enteré de
que lo que yo hacía todos los días no era cierto. O sea, no salgo a caminar, no
saludo a la gente de mi barrio porque no está en la calle. Tampoco voy a mi
café de hace muchos años, ya que no camino por mi ciudad. Tampoco tomo mi
marrón de todas las mañanas, como yo suponía: no hay leche, no hay café, no hay
cachitos ni ninguna otra cosa comestible. No voy a hacer diligencias, no me
monto en el bus, ni el carrito, ni en ningún taxi, porque no hay. No como pizza,
ni árabe, ni parrilla, porque en mi ciudad no hay restaurantes abiertos porque
no hay comida. No voy al mercadito los viernes, porque aquí no hay frutas ni
verduras. No hablo con mis amigos, no nos podemos ver. No voy a las librerías,
porque están cerradas y además no tienen libros…
En 25 minutos el programa
de televisión «Espejo Público» de Antena 3, en España, me puso al corriente de
mi vida y de la vida de 30 millones de venezolanos. Según esta empresa de
desinformación mi país está en guerra y vivimos en una “dictadura tan horrenda”
que el presidente es un “dictador” elegido en elecciones libres y directas, y
donde cualquiera, o sea cualquiera (CNN, TVE, Antena 3, El País, ABC…), puede
insultar al presidente Maduro, tal como insultaron al presidente Chávez, en la
radio, en la televisión, en la prensa, en las revistas, en la redes “sociales”…
La vehemencia de la conductora de ese "espejo", y de los periodistas que la
acompañaban en la narración de mi vida “verdadera”, según ellos, era tal que
recordé una novela de Michel Larsen, “La amante virtual” (que también imaginé haber leído): las empresas de
desinformación sirven al capitalismo neoliberal para construir espacios y vidas
paralelas a la vida real y concreta de los seres humanos y desplazarlos o
aniquilarlos.
Por si acaso: salgo a
caminar todos los días por mi calurosa, en todos los sentidos, ciudad. También
tomo café… Y sigo leyendo...
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