LOS
POEMAS DE HUGO CHÁVEZ, COMANDANTE ETERNO, PRESIDENTE INVICTO DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA
A un año de tu siembra te
oigo recitar o leer estos poemas y tu voz se cuela por las cajas de resonancia
de mi memoria, bailando. Aun te veo entrecerrando los ojos y llevándote las
manos al pecho, o dejándolas volar como libélulas, para regalarnos el sentido de
la voz del poema, su fuerza de verdad, de historia de la Patria Grande…
FLORENTINO Y EL
DIABLO
Alberto Arvelo Torrealba
(fragmento)
El
Reto
El
coplero Florentino
por
el ancho terraplén
caminos
del Desamparo
desanda
a golpe de seis.
Puntero
en la soledad
que
enlutan llamas de ayer,
macolla
de tierra errante
le
nace bajo el corcel.
Ojo
ciego el lagunazo
sin
junco, garza ni grey,
dura
cuenca enterronada
donde
el casco da traspié.
Los
escuálidos espinos
desnudan
su amarillez,
las
chicharras atolondran
el
cenizo anochecer.
Parece
que para el mundo
La
palma sin un vaivén.
El
coplero solitario
vive
su grave altivez
de
ir caminando el erial
como
quien pisa vergel.
En
el caño de Las Animas
se
para muerto de sed
y
en las patas del castaño
ve
lo claro del jagüey.
El
cacho de beber tira,
en
agua lo oye caer;
cuando
lo va levantando
se
le salpican los pies,
pero
del cuerno vacío
ni
gota pudo beber.
Vuelve
a tirarlo y salpica
el
agua clara otra vez,
ávido
sorbo susurran
los
belfos del palafrén;
dulce
rosario destila
del
empapado cordel;
más
sólo arena sus ojos
en
el turbio fondo ven.
Yermo
la frente, el suspiro
doblada
espiga sin mies,
la
sabia ardiendo en la imagen
de
nunca reverdecer,
mirada
y rumbo el coplero
pone
para su caney,
cuando
con trote sombrío
oye
un jinete tras él.
Negra
se le ve la manta,
negro
el caballo también;
bajo
el negro pelueguama
la
cara no se le ve.
Pasa
cantando en romance
sin
la mirada volver:
"En
la negra orilla del mundo
se
han de hallar de quien a quien
aquél
que ve sin mirar
y
aquél que mira sin ver.
"Cuando
esté más hondo el río
aguárdame
en Santa Inés,
que
yo lo voy a buscar
para
cantar con úste.
"Soy
retador de juglares
desde
los siglos del rey.
Le
sobra con esperarme
Si
me quiere conocer."
Mala
sombra del espanto
cruza
por el terraplén:
hacia
mármoles de ocaso
se
alarga como un ciprés
Jinetes
de lejanía
acompañan
en tropel;
La
encobijan y la borran
Pajas
del anochecer.
La
palma en la luz agónica
centra
pávido ajimez.
Florentino
taciturno
coge
el banco de través.
Puntero
en la soledad
que
enlutan llamas de ayer,
caminante
sin camino,
resero
si una res,
parece
que va soñando
con
la sabana en la sien.
En
un verso largo y hondo
se
le estira el tono fiel,
con
su América andaluza
en
lo español barinés:
"Sabana,
sabana, tierra
que
hace sudar y querer,
parada
con tanto rumbo,
con
agua y muerta de sed.
Una
con mi alma en lo sola,
una
con Dios en la fe;
sobre
tu pecho desnudo
yo
me paro a responder:
sepa
el cantador sombrío
que
yo cumplo con mi ley
y
como canté con todos
tengo
que cantar con él…
EL SUR TAMBIÉN
EXISTE
Mario Benedetti
Con
su ritual de acero
sus
grandes chimeneas
sus
sabios clandestinos
su
canto de sirenas
su
cielo de neón
sus
ventas navideñas
su
culto de dios padre
y
de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena
pero
aquí abajo
el
hambre disponible
recurre
al fruto amargo
de
lo que otros deciden
mientras
el tiempo pasa
y
pasan los desfiles
y
se hacen otras cosas
que
el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe
con
sus predicadores
sus
gases que envenenan
su
escuela de chicago
sus
dueños de la tierra
con
sus trapos de lujo
y
su pobre osamenta
sus
defensas gastadas
sus
gastos de defensa
con su gesta invasora
el norte es el que ordena
pero
aquí abajo abajo
cada
uno en su escondite
hay
hombres y mujeres
que
saben a qué asirse
aprovechando
el sol
y
también los eclipses
apartando
lo inútil
y
usando lo que sirve
con su fe veterana
el sur también existe
con
su corno francés
y
su academia sueca
su
salsa americana
y
sus llaves inglesas
con
todos sus misiles
y
sus enciclopedias
su
guerra de galaxias
y
su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena
pero
aquí abajo abajo
cerca
de las raíces
es
donde la memoria
ningún
recuerdo omite
y
hay quienes se desmueren
y
hay quienes se desviven
y
así entre todos logran
lo
que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe
CREDO
Aquiles Nazoa
Creo en Pablo Picasso,
todopoderoso, creador del cielo de la tierra; creo en Charlie Chaplin, hijo de
las violetas y de los ratones, que fue crucificado, muerto y sepultado por el
tiempo, pero que cada día resucita en el corazón de los hombres; creo en el
amor y en el arte como vías hacia el
disfrute de la vida perdurable; creo en los grillos que pueblan la noche de mágicos
cristales; creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su
rueda maravillosa; creo en la cualidad aérea del ser humano, configurada en el
recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose como una purísima paloma herida bajo el
cielo del Mediterráneo; creo en las monedas de chocolate que atesoro
secretamente debajo de la almohada de mi niñez; creo en la fábula de Orfeo,
creo en el sortilegio de la música, yo que en las horas de mi angustia vi al
conjuro de la Pavana de Fauré, salir liberada y radiante a la dulce Eurídice
del infierno de mi alma; creo en Rainer María Rilke, héroe de la lucha del
hombre por la belleza, que sacrificó su vida al acto de cortar una rosa para
una mujer; creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia;
creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar, creo en un barco esbelto y distantísimo que
salió hace un siglo al encuentro de la aurora; su capitán Lord Byron, al cinto
la espada de los arcángeles, y junto a sus sienes un resplandor de estrellas;
creo en el perro de Ulises, en el gato risueño de Alicia en el País de las
Maravillas, en el loro de Robinson Crusoe, en los ratoncitos que tiraron del
coche de la Cenicienta, en Beralfiro el caballo de Rolando, y en las abejas que
labraron su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero; creo en la amistad
como el invento más bello del hombre; creo en los poderes creadores del pueblo,
creo en la poesía y, en fin, creo en mi mismo, puesto que sé que hay alguien
que me ama.
UN CANTO PARA BOLÍVAR
Pablo Neruda
Padre
nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire
de
toda nuestra extensa latitud silenciosa,
todo
lleva tu nombre, padre, en nuestra morada:
tu
apellido la caña levanta a la dulzura,
el
estaño bolívar tiene un fulgor bolívar,
el
pájaro bolívar sobre el volcán bolívar,
la
patata, el salitre, las sombras especiales,
las
corrientes, las vetas de fosfórica piedra,
todo
lo nuestro viene de tu vida apagada,
tu
herencia fueron ríos, llanuras, campanarios,
tu
herencia es el pan nuestro de cada día, padre.
Tu
pequeño cadáver de capitán valiente
ha
extendido en lo inmenso su metálica forma,
de
pronto salen dedos tuyos entre la nieve
y
el austral pescador saca a la luz de pronto
tu
sonrisa, tu voz palpitando en las redes.
De
qué color la rosa que junto a tu alma alcemos?
Roja
será la rosa que recuerde tu paso.
Cómo
serán las manos que toquen tu ceniza?
Rojas
serán las manos que en tu ceniza nacen.
Y
cómo es la semilla de tu corazón muerto?
Es
roja la semilla de tu corazón vivo.
Por
eso es hoy la ronde de manos junto a ti.
Junto
a mi mano hay otra y hay otra junto a ella,
y
otra más, hasta el fondo del continente oscuro.
Y
otra mano que tú no conociste entonces
viene
también, Bolívar, a estrechar a la tuya
de
Teruel, de Madrid, del Jarama, del Ebro,
de
la cárcel, del aire, de los muertos de España
llega
esta mano roja que es hija de la tuya.
Capitén,
combatiente, donde una boca
grita
libertad, donde un oído escucha,
donde
un soldado rojo rompe una frente parda,
donde
un laurel de libres brota, donde una nueva
bandera
se adorna con la sangre de nuestra insigne aurora,
Bolívar,
capitán, se divisa tu rostro.
Otra
vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo.
Otra
vez tu bandera con sangre se ha bordado.
Los
malvados atacan tu semilla de nuevo,
Clavado
en otra cruz está el hijo del hombre.
Pero
hacia la esperanza nos conduce tu sombra,
el
laurel y la luz de tu ejército rojo
a
través de la noche de América con tu mirada mira.
Tus
ojos que vigilan más allá de los mares,
más
allá de los pueblos oprimido y heridos,
más
allá de las negras ciudades incendiadas,
tu
voz nace de nuevo, tu mano otra vez ace:
tu
ejército defiende las banderas sagradas:
la
Libertad sacude las campanas sangrientas,
y
un sonido terrible de dolores precede
la
aurora enrojecida por la sangre del hombre.
Libertador,
un mundo de paz nació en tus brazos.
La
paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,
de
nuestra joven sangre venida de tu sangre
saldrán
paz, pan y trigo para el mundo que haremos.
Yo
conocí a Bolívar una mañana larga,
en
Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre,
le dije, eres o no ers o quién eres?
Y
mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
“Despierto
cada cien años cuando despierta el pueblo”.
EL PUEBLO
VICTORIOSO
Pablo Neruda
Está
mi corazón en esta lucha.
Mi
pueblo vencerá. Todos los pueblos
vencerán,
uno a uno.
Estos
dolores
se
exprimirán como pañuelos hasta
estrujar
tantas lágrimas vertidas
en
socavones del desierto, en tumbas,
en
escalones del martirio humano.
Pero
está cerca el tiempo victorioso.
Que
sirva el odio para que no tiemblen
las
manos del castigo,
que
la hora
llegue
a su horario en el instante puro,
y
el pueblo llene las calles vacías
con
sus frescas y firmes dimensiones.
Aquí
está mi ternura para entonces.
La
conocéis. No tengo otra bandera.
YO NO ME CALLO
Pablo Neruda
Perdone
el ciudadano esperanzado
mi
recuento de acciones miserables,
que
levantan los hombres del pasado.
Yo
predico un amor inexorable.
Y
no me importa perro ni persona:
sólo
el pueblo es en mí considerable:
sólo
la Patria a mí me condiciona.
Pueblo
y Patria manejan mi cuidado:
Patria
y pueblo destinan mis deberes
y
si logran matar lo levantado
por
el pueblo, es mi patria la que muere.
Es
ése mi temor y mi agonía.
Por
eso en el combate nadie espere
que
se quede sin voz mi poesía.
LA TIERRA SE LLAMA JUAN
Pablo Neruda
Detrás
de los libertadores estaba Juan
trabajando,
pescando y combatiendo,
en
su trabajo de carpintería o en su mina mojada.
Sus
manos han arado la tierra y han medido
los
caminos.
Sus huesos están en todas
partes.
Pero
vive. Regresó de la tierra. Ha nacido.
Ha
nacido de nuevo como una planta eterna.
Toda
la noche impura trató de sumergirlo
y
hoy afirma en la aurora sus labios indomables.
Lo
ataron, y es ahora decidido soldado.
Lo
hirieron, y mantiene su salud de manzana.
Le
cortaron las manos, y hoy golpea con ellas.
Lo
enterraron, y viene cantando con nosotros.
Juan,
es tuya la puerta y el camino.
La tierra
es
tuya, pueblo, la verdad ha nacido
contigo,
de tu sangre.
No pudieron exterminarte.
Tus raíces,
árbol
de humanidad,
árbol
de eternidad,
hoy
están defendidas con acero,
hoy
están defendidas con tu propia grandeza
en
la patria, blindada
contras
las mordeduras del lobo agonizante.
Pueblo,
del sufrimiento nació el orden.
Del
orden tu bandera de victoria ha nacido.
Levántala
con todas las manos que cayeron,
defiéndela
con todas las manos que se juntan:
y
que avance a la lucha final, hacia la estrella
la
unidad de tus rostros invencibles.
YO JUSTIFICO ESTA GUERRA
Víctor Valera Mora
(fragmento)
III
Ellos
pensaban que Ezequiel Zamora había concluido para siempre
y nunca
más el planteamiento de su cuchillo y desmesurado corazón
regresaría
a hurgar la paz de los oligarcas
Pero
no todos los muertos viajan tranquilos
a algunos
molesta estar ahí sin hacer nada
e
insisten con terquedad
y
regresan a presidir los nuevos combates
a
dilucidar el asunto que los vistió de ausencia
…
Mas
es cierto es reconocido
la
caída en el sitio de San Carlos
fue
una jugada de mala ley
pero
olvidaron enterrar el sonido de sus sienes veladas
Zamora
cabalga señores
ya
los dientes del pueblo
están
royendo los muros de vuestro reino
y
no es el desarropado ni el sordo nie el ciego de ayer
ahora
tiene bandera poetas y metal organizado
Recojan
la cosecha de vientos que sembraron
…
Zamora
cabalga en el incendio
y somos
lo que sucede la posibilidad del porvenir…
EL VISITANTE DEL MAR
Víctor Valera Mora
(fragmento)
…Llamadme
el día de las canciones colectivas
de las rojas banderas enarboladas,
cuando pan y risa sean forma de gobierno
y Juan República Popular
sean nombres y apellidos del pueblo.
Estoy en lo justo, llamadme solamente.
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