sábado, 5 de noviembre de 2016

#ChávezPuebloMaduro de Victoria en Victoria



#ChávezPuebloMaduro de Victoria en Victoria

En diciembre de 2002 escribí y publiqué en la red ¿Diálogo o negociación? #ChávezPueblo había convocado a los oposicionistas al diálogo después del golpe de estado que dieron en abril, y que #ChávezPueblo revirtió en dos días haciendo huir a los golpistas de Miraflores. En medio del paro petrolero que convocaron en diciembre de ese año, y cuando vieron que #ChávezPueblo no se rendía al chantaje por la falta de gasolina, gas, alimentos, etc., se sentaron en la mesa de diálogo mientras sus empresas mediáticas daban diariamente su parte de guerra contra #ChávezPueblo.

Es 2016 y hoy #ChávezPuebloMaduro, en medio de la guerra económica, financiera, cultural, vuelve a sentar en la mesa de diálogo a los oposicionistas, o por lo menos a una parte de ellos (#EEUUTerrorista les ordenó que lo hicieran y para eso mandó a ‘Chanon’; se reservó, como siempre, a sus terroristas). En estos años, y bajo las órdenes de #EEUUTerrorista, los oposicionistas han profundizado el odio, la irracionalidad, el desprecio, el racismo contra #ChávezPueblo, con la finalidad de promover una guerra fratricida entre los venezolanos. Dieron por supuesto que sin Chávez, #MaduroPueblo sería fácil de tumbar.

Es 2016. Debe estar  definitivamente claro para los bolivarianos y chavistas que de lo que se trata es de socialismo o barbarie. O defendemos la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las Leyes del Pueblo, que nos conducen a una sociedad socialista, o nos aniquilarán como Pueblo con la barbarie del capitalismo neoliberal corporativo, usando a sus lacayos oposicionistas, con su negocio fundamental que consiste en privatizar la vida, promoviendo la desigualdad, la pobreza, la destrucción y la muerte.

Es 2016. Está claro que el mundo empieza a ser pluripolar. Ya #EEEUUTerrorista no puede imponerlo todo. China, Rusia, India, Irán, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Bielorusia, Siria… y muchos otros países y pueblos no obedecen la dictadura del capitalismo neoliberal corporativo. La bestia, la barbarie, está herida y es peligrosa. Amenaza con su poder de propaganda mediática, sus bancos, sus calificadoras de riesgo, sus bombas, a todos los países que no se pliegan o no se arrodillan.

Es 2016. #ChávezPuebloMaduro, con el Plan de la Patria desarrollándose en los 15 motores, trabaja para diversificar la producción y dejar de depender únicamente del petróleo. Trabaja para defender la esperanza. Para defender la alegría.

Es 2016. #ChávezPuebloMaduro, con una paciencia que solo nuestro Comandante Chávez nos enseñó, está en unidad, lucha y batalla para lograr nuestra gran victoria: la Paz, la igualdad, en democracia participativa y protagónica.



Acá abajo el artículo de 2002:

¿Diálogo o negociación?

Por diálogo entiende el DRAE (2001) «Plática entre dos o más personas, que alternativamente expresan sus ideas o afectos... Discusión o trato en busca de avenencia». Por «negociación» entiende la «Acción y efecto de negociar. Der. Tratos dirigidos a la conclusión de un convenio o pacto.». Bajo la entrada «negociar», que es la acción de «negociación», dice el mismo DRAE  «tr. Ajustar el traspaso, cesión o endoso de un vale, de un efecto o de una letra. 2. Descontar valores. 3. intr. Tratar y comerciar, comprando y vendiendo o cambiando géneros, mercancías o valores para aumentar el caudal. 4. Tratar asuntos públicos o privados procurando su mejor logro. 5. Tratar por la vía diplomática, de potencia a potencia, un asunto, como un tratado de alianza, de comercio, etc.». Bajo la entrada «negocio», que es acción y efecto de «negociar», dice «Ocupación, quehacer o trabajo. 2. Dependencia, pretensión, tratado o agencia. 3. Aquello que es objeto o materia de una ocupación lucrativa o de interés. 4. Acción y efecto de negociar. 5. Utilidad o interés que se logra en lo que se trata, comercia o pretende...».

Cuando buscamos ambas palabras en el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, pasa lo siguiente: con la palabra «diálogo» o «dialogar» y otras derivadas se nos manda a otra palabra, «dialéctico»; cuando buscamos «negociación» o «negociar» la encontramos junto con «negociable», «negociado», «negociador»  y se nos remite a otra palabra, bien sustantiva ella, «negocio». Dice la Moliner bajo «dialéctico» que viene del griego «dialegomai, discutir. De la argumentación o la discusión. 2. Arte de razonar. 3. Arte de discutir o argumentar con discursos.». Sobre «negocio» dice que viene del latín «negotium, derivado negativo de otium, ocio. 1. Cualquier ocupación, empleo o trabajo. 2. Cualquier actividad relacionada con la compra y venta de cosas, en que se persigue una ganancia. 3. Cualquier cosa de que se obtiene provecho o ventaja...».

Se trata de dos palabras clave en el acontecer político de nuestro país. Hoy todos los venezolanos estamos entre dos palabras, «diálogo» o «negocio», que representan dos maneras bien diferentes de entender y hacer política. De un lado está el diálogo propuesto por el gobierno, como representación e idea de la democracia; de otro lado está la negociación (o como dice la Moliner, el negocio), propuesto por la oposición como representación e idea de democracia.
De lo que se trata desde el diálogo, y con la mediación de César Gaviria,  es de discutir, idear y razonar cuál es el país que queremos, para quién lo queremos y cómo vamos a utilizar sus recursos (y que como proyecto y acción está contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela).  El gobierno llama a la oposición para esa discusión, para lograr acuerdos, a través de la discusión, en torno a las ideas de país.

Pero esta oposición (que definitivamente no nos merecemos los venezolanos) no utiliza la palabra diálogo, sino que utiliza la palabra negociación. Ese sólo hecho nos permite decir que no está interesada, esa oposición, en las ideas (y han hecho gala de su carencia de las mismas); no están interesados en discutir, en razonar, acerca de los mejores caminos para nuestro país. Su interés fundamental, y así lo dicen cada vez que llaman «Mesa de negociación» a la «Mesa de diálogo», es entonces el negocio. ¿Cuál negocio? Pues el mismo que siempre tuvieron mientras fueron gobierno: el país. El país como negocio es el gran logro «político» que pueden mostrar mientras fueron gobierno, a través de las trampas,  los «negocios sucios» y la repartición (no sin refriegas entre ellos) de la riqueza o los dineros del Estado entre los que formaron la clase política y la clase económica. Si de algo nos hemos librado, por ahora y espero que para siempre, es de que nos vendan el país. Porque negocio es comprar o vender cosas (un país o una parte de él, por ejemplo) con la finalidad de tener una ganancia, un provecho o una ventaja.

Pero ¿cuál país? ¿Qué entiende la oposición por país? Por un lado la posibilidad de negociar con lo que suponen que les pertenece, y hablamos de tierras, de recursos naturales renovables y no renovables, educación, salud, pensiones y pare usted de contar. Pero también el país es la gente, las personas que lo habitan. Y sobre las personas han sido, también, bastante claros. La oposición ha dividido a las personas de nuestro país en dos grupos bien diferenciados: el que denominan «sociedad civil» y está formado por la oposición misma, y «los otros». La idea sobre «los otros» ha sido también expresada con claridad por la oposición; palabras como «tierruo», «negros», «monos», «indios», «violentos» «colectivos» son denominaciones habituales dirigidas al 80% o más de las personas que habitamos este país. 

Esta idea de la oposición acerca de la mayoría de las personas de nuestro país quedó perfectamente aclarada por un editorial de uno sus periódicos en octubre de este año. La idea de país que tiene la oposición, expresada en ese editorial, es todavía más reducida, más excluyente. Es del «interior» o la «provincia»  de donde proviene el «lumpen» que el gobierno lleva a Caracas («comprados con un bollo de pan y una carterita de ron», o sea que también somos unos muertos de hambre y unos borrachos) para responder, según ese editorial, «a las preocupaciones de la sociedad venezolana sobre la grave crisis que vivimos».

¿Quién es la sociedad venezolana? ¿Quién el país? Para la oposición el país es la «sociedad civil», que no está precisamente en el «interior» o la «provincia» (ya que allí lo que hay es lumpen, «el mismo de siempre», además), sino Caracas y por supuesto una parte de ella (quizá la plaza Francia en Altamira y algún otro pedazo de territorio en el cual la oposición pernocta para hacer negocios en -o con- Venezuela, porque su país es realidad es otro, algo así como París, o Madrid, o New York, o Miami).



Y es que como decía Cabrujas «Oposición en Venezuela es decir lo contrario de lo que dice el gobierno... Nada hay en ese mundo más previsible que un discurso de la oposición. Un discurso de la oposición es un casete previamente grabado. Se trata de una oposición ‘programada’ como una Apple II... La oposición aguarda en la bajadita... ¿Hasta cuándo le vamos a permitir a la oposición ese ritual canónico, inexorable, que le impide hacer verdadera política?».

Berta Vega, en Maracaibo 2002