#ChávezPuebloMaduro de Victoria en Victoria
En
diciembre de 2002 escribí y publiqué en la red ¿Diálogo o negociación?
#ChávezPueblo había convocado a los oposicionistas al diálogo después del golpe
de estado que dieron en abril, y que #ChávezPueblo revirtió en dos días
haciendo huir a los golpistas de Miraflores. En medio del paro petrolero que
convocaron en diciembre de ese año, y cuando vieron que #ChávezPueblo no se
rendía al chantaje por la falta de gasolina, gas, alimentos, etc., se sentaron
en la mesa de diálogo mientras sus empresas mediáticas daban diariamente su
parte de guerra contra #ChávezPueblo.
Es
2016 y hoy #ChávezPuebloMaduro, en medio de la guerra económica, financiera,
cultural, vuelve a sentar en la mesa de diálogo a los oposicionistas, o por lo
menos a una parte de ellos (#EEUUTerrorista les ordenó que lo hicieran y para
eso mandó a ‘Chanon’; se reservó, como siempre, a sus terroristas). En estos años, y bajo las órdenes de #EEUUTerrorista,
los oposicionistas han profundizado el odio, la
irracionalidad, el desprecio, el racismo contra #ChávezPueblo, con la finalidad
de promover una guerra fratricida entre los venezolanos. Dieron por supuesto
que sin Chávez, #MaduroPueblo sería fácil de tumbar.
Es
2016. Debe estar definitivamente claro para los bolivarianos y chavistas que de lo que se trata
es de socialismo o barbarie. O defendemos la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y las Leyes del Pueblo, que nos conducen a una sociedad socialista, o nos
aniquilarán como Pueblo con la barbarie del capitalismo neoliberal corporativo, usando a sus lacayos oposicionistas, con su negocio fundamental que consiste en
privatizar la vida, promoviendo la desigualdad, la pobreza, la destrucción y la muerte.
Es
2016. Está claro que el mundo empieza a ser pluripolar. Ya #EEEUUTerrorista no
puede imponerlo todo. China, Rusia, India, Irán, Venezuela, Bolivia, Nicaragua,
Bielorusia, Siria… y muchos otros países y pueblos no obedecen la dictadura del
capitalismo neoliberal corporativo. La bestia, la barbarie, está herida y es
peligrosa. Amenaza con su poder de propaganda mediática, sus bancos, sus
calificadoras de riesgo, sus bombas, a todos los países que no se pliegan o no
se arrodillan.
Es
2016. #ChávezPuebloMaduro, con el Plan de la Patria desarrollándose en los 15
motores, trabaja para diversificar la producción y dejar de depender únicamente del
petróleo. Trabaja para defender la esperanza. Para defender la alegría.
Es
2016. #ChávezPuebloMaduro, con una paciencia que solo nuestro Comandante Chávez
nos enseñó, está en unidad, lucha y batalla para lograr nuestra gran victoria:
la Paz, la igualdad, en democracia participativa y protagónica.
Acá abajo el artículo de 2002:
¿Diálogo o negociación?
Por
diálogo entiende el DRAE (2001) «Plática
entre dos o más personas, que alternativamente expresan sus ideas o afectos...
Discusión o trato en busca de avenencia». Por «negociación» entiende la «Acción
y efecto de negociar. Der. Tratos dirigidos a la conclusión de un convenio o
pacto.». Bajo la entrada «negociar», que es la acción de «negociación», dice el
mismo DRAE «tr. Ajustar el traspaso,
cesión o endoso de un vale, de un efecto o de una letra. 2. Descontar valores.
3. intr. Tratar y comerciar, comprando y vendiendo o cambiando géneros,
mercancías o valores para aumentar el caudal. 4. Tratar asuntos públicos o
privados procurando su mejor logro. 5. Tratar por la vía diplomática, de
potencia a potencia, un asunto, como un tratado de alianza, de comercio, etc.».
Bajo la entrada «negocio», que es acción y efecto de «negociar», dice «Ocupación,
quehacer o trabajo. 2. Dependencia, pretensión, tratado o agencia. 3. Aquello
que es objeto o materia de una ocupación lucrativa o de interés. 4. Acción y
efecto de negociar. 5. Utilidad o interés que se logra en lo que se trata,
comercia o pretende...».
Cuando
buscamos ambas palabras en el Diccionario
de Uso del Español, de María Moliner, pasa lo siguiente: con la palabra «diálogo»
o «dialogar» y otras derivadas se nos manda a otra palabra, «dialéctico»;
cuando buscamos «negociación» o «negociar» la encontramos junto con «negociable»,
«negociado», «negociador» y se nos
remite a otra palabra, bien sustantiva ella, «negocio». Dice la Moliner bajo «dialéctico»
que viene del griego «dialegomai,
discutir. De la argumentación o la discusión. 2. Arte de razonar. 3. Arte de
discutir o argumentar con discursos.». Sobre «negocio» dice que viene del latín
«negotium, derivado negativo de otium, ocio. 1. Cualquier ocupación,
empleo o trabajo. 2. Cualquier actividad relacionada con la compra y venta de
cosas, en que se persigue una ganancia. 3. Cualquier cosa de que se obtiene
provecho o ventaja...».
Se
trata de dos palabras clave en el acontecer político de nuestro país. Hoy todos
los venezolanos estamos entre dos palabras, «diálogo» o «negocio», que
representan dos maneras bien diferentes de entender y hacer política. De un
lado está el diálogo propuesto por el gobierno, como representación e idea de
la democracia; de otro lado está la negociación (o como dice la Moliner, el
negocio), propuesto por la oposición como representación e idea de democracia.
De
lo que se trata desde el diálogo, y con la mediación de César Gaviria, es de discutir, idear y razonar cuál es el
país que queremos, para quién lo queremos y cómo vamos a utilizar sus recursos
(y que como proyecto y acción está contenido en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela). El gobierno
llama a la oposición para esa discusión, para lograr acuerdos, a través de la
discusión, en torno a las ideas de país.
Pero
esta oposición (que definitivamente no nos merecemos los venezolanos) no
utiliza la palabra diálogo, sino que utiliza la palabra negociación. Ese sólo
hecho nos permite decir que no está interesada, esa oposición, en las ideas (y
han hecho gala de su carencia de las mismas); no están interesados en discutir,
en razonar, acerca de los mejores caminos para nuestro país. Su interés
fundamental, y así lo dicen cada vez que llaman «Mesa de negociación» a la «Mesa
de diálogo», es entonces el negocio. ¿Cuál negocio? Pues el mismo que siempre
tuvieron mientras fueron gobierno: el país. El país como negocio es el gran
logro «político» que pueden mostrar mientras fueron gobierno, a través de las
trampas, los «negocios sucios» y la
repartición (no sin refriegas entre ellos) de la riqueza o los dineros del
Estado entre los que formaron la clase política y la clase económica. Si de
algo nos hemos librado, por ahora y espero que para siempre, es de que nos
vendan el país. Porque negocio es comprar o vender cosas (un país o una parte
de él, por ejemplo) con la finalidad de tener una ganancia, un provecho o una
ventaja.
Pero
¿cuál país? ¿Qué entiende la oposición por país? Por un lado la posibilidad de
negociar con lo que suponen que les pertenece, y hablamos de tierras, de
recursos naturales renovables y no renovables, educación, salud, pensiones y pare usted
de contar. Pero también el país es la gente, las personas que lo habitan. Y
sobre las personas han sido, también, bastante claros. La oposición ha dividido
a las personas de nuestro país en dos grupos bien diferenciados: el que
denominan «sociedad civil» y está formado por la oposición misma, y «los otros».
La idea sobre «los otros» ha sido también expresada con claridad por la
oposición; palabras como «tierruo», «negros», «monos», «indios», «violentos»
«colectivos» son denominaciones habituales dirigidas al 80% o más de las
personas que habitamos este país.
Esta idea de la oposición acerca de la
mayoría de las personas de nuestro país quedó perfectamente aclarada por un
editorial de uno sus periódicos en octubre de este año. La idea de país que
tiene la oposición, expresada en ese editorial, es todavía más reducida, más
excluyente. Es del «interior» o la «provincia»
de donde proviene el «lumpen» que el gobierno lleva a Caracas («comprados
con un bollo de pan y una carterita de ron», o sea que también somos unos
muertos de hambre y unos borrachos) para responder, según ese editorial, «a las
preocupaciones de la sociedad venezolana sobre la grave crisis que vivimos».
¿Quién es la sociedad venezolana? ¿Quién el país? Para la oposición el país es
la «sociedad civil», que no está precisamente en el «interior» o la «provincia»
(ya que allí lo que hay es lumpen, «el mismo de siempre», además), sino Caracas
y por supuesto una parte de ella (quizá la plaza Francia en Altamira y algún
otro pedazo de territorio en el cual la oposición pernocta para hacer negocios
en -o con- Venezuela, porque su país es realidad es otro, algo así como París,
o Madrid, o New York, o Miami).
Y
es que como decía Cabrujas «Oposición en Venezuela es decir lo contrario de lo
que dice el gobierno... Nada hay en ese mundo más previsible que un discurso de
la oposición. Un discurso de la oposición es un casete previamente grabado. Se
trata de una oposición ‘programada’ como una Apple II... La oposición aguarda
en la bajadita... ¿Hasta cuándo le vamos a permitir a la oposición ese ritual
canónico, inexorable, que le impide hacer verdadera política?».
Berta
Vega, en Maracaibo 2002