Crónicas 2014,
20-11-2015
¡Que nadie se canse!
Llegan
en 2 carros. Dos cuarentones y seis jóvenes vociferan su propaganda amarilla y
negra. La gente les precisa, pero no les para: siguen comprando verduras,
frutas y disfrutando sus conversaciones. Los amarillos, ante su imposibilidad de
comunicar algo, se incomodan y muestran su «arrecherra». Vencidos por la indiferencia de la gente,
los amarillos se van hacia sus carros. Uno se voltea y grita, haciendo evidente
su fascismo/racismo, «¡entonces muéranse de hambre, muertos de hambre!». Una
voz alta, clara y digna del pueblo recorre el aire sin responderle: «¡Que nadie
se canse! ¡Unidad, lucha, batalla y victoria!».