No usar la razón es la marca más visible del capitalismo neoliberal.
Desde las empresas de desinformación masiva es una constante. Jamás se preguntan, y mucho menos se responden, quién es el propietario o los propietarios de la empresa, o las empresas, que gestionan (¿?) las plantas nucleares en Japón y/o en cualquier otro país del mundo. Las plantas nucleares ¿son públicas o privadas? ¿Habría alguna diferencia?
Mientras tanto, las empresas de desinformación masiva siguen su juego de millones de dólares. Siguen hablando o escribiendo para referirse a la energía nuclear como «energía limpia» o «la más limpia». También la califican como «energía segura» aun en medio del desastre. Desastre del cual nos han estado desinformando sistemáticamente. Esa es su irracionalidad, su no razón.
«Comentaristas», «expertos», «fablistanes» de variopinto pelaje se alternan en «diversidad» de programas, y en cualquier idioma, para convencernos de que todo está «bajo control», o de que «no hay un peligro inminente», o que, a pesar de todo, «no hay peligro para la salud». Algunos hablan de «apocalipsis», o de «situación fuera de control».
Los asalariados de las empresas de desinformación masiva están para eso: para cuidar, desde la desinformación, la maximización de las ganancias minimizando la inversión de los propietarios. Aun a costa de la vida.
Irracional ¿no le parece?