miércoles, 18 de febrero de 2015

ESPEJO PRIVADO TRANSNACIONAL



Crónicas

Espejo Privado Transnacional

En estos días me enteré de que lo que yo hacía todos los días no era cierto. O sea, no salgo a caminar, no saludo a la gente de mi barrio porque no está en la calle. Tampoco voy a mi café de hace muchos años, ya que no camino por mi ciudad. Tampoco tomo mi marrón de todas las mañanas, como yo suponía: no hay leche, no hay café, no hay cachitos ni ninguna otra cosa comestible. No voy a hacer diligencias, no me monto en el bus, ni el carrito, ni en ningún taxi, porque no hay. No como pizza, ni árabe, ni parrilla, porque en mi ciudad no hay restaurantes abiertos porque no hay comida. No voy al mercadito los viernes, porque aquí no hay frutas ni verduras. No hablo con mis amigos, no nos podemos ver. No voy a las librerías, porque están cerradas y además no tienen libros… 

En 25 minutos el programa de televisión «Espejo Público» de Antena 3, en España, me puso al corriente de mi vida y de la vida de 30 millones de venezolanos. Según esta empresa de desinformación mi país está en guerra y vivimos en una “dictadura tan horrenda” que el presidente es un “dictador” elegido en elecciones libres y directas, y donde cualquiera, o sea cualquiera (CNN, TVE, Antena 3, El País, ABC…), puede insultar al presidente Maduro, tal como insultaron al presidente Chávez, en la radio, en la televisión, en la prensa, en las revistas, en la redes “sociales”… La vehemencia de la conductora de ese "espejo", y de los periodistas que la acompañaban en la narración de mi vida “verdadera”, según ellos, era tal que recordé una novela de Michel Larsen, “La amante virtual” (que también imaginé haber leído): las empresas de desinformación sirven al capitalismo neoliberal para construir espacios y vidas paralelas a la vida real y concreta de los seres humanos y desplazarlos o aniquilarlos.

Por si acaso: salgo a caminar todos los días por mi calurosa, en todos los sentidos, ciudad. También tomo café… Y sigo leyendo...