martes, 4 de marzo de 2014

CRÓNICAS 2014, 5-3-2014



LOS POEMAS DE HUGO CHÁVEZ, COMANDANTE ETERNO, PRESIDENTE INVICTO DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

A un año de tu siembra te oigo recitar o leer estos poemas y tu voz se cuela por las cajas de resonancia de mi memoria, bailando. Aun te veo entrecerrando los ojos y llevándote las manos al pecho, o dejándolas volar como libélulas, para regalarnos el sentido de la voz del poema, su fuerza de verdad, de historia de la Patria Grande…



FLORENTINO Y EL DIABLO
Alberto Arvelo Torrealba
(fragmento)

El Reto

El coplero Florentino
por el ancho terraplén
caminos del Desamparo
desanda a golpe de seis.

Puntero en la soledad
que enlutan llamas de ayer,
macolla de tierra errante
le nace bajo el corcel.

Ojo ciego el lagunazo
sin junco, garza ni grey,
dura cuenca enterronada
donde el casco da traspié.
Los escuálidos espinos
desnudan su amarillez,
las chicharras atolondran
el cenizo anochecer.
Parece que para el mundo
La palma sin un vaivén.

El coplero solitario
vive su grave altivez
de ir caminando el erial
como quien pisa vergel.
En el caño de Las Animas
se para muerto de sed
y en las patas del castaño
ve lo claro del jagüey.

El cacho de beber tira,
en agua lo oye caer;
cuando lo va levantando
se le salpican los pies,
pero del cuerno vacío
ni gota pudo beber.
Vuelve a tirarlo y salpica
el agua clara otra vez,
ávido sorbo susurran
los belfos del palafrén;
dulce rosario destila
del empapado cordel;
más sólo arena sus ojos
en el turbio fondo ven.

Yermo la frente, el suspiro
doblada espiga sin mies,
la sabia ardiendo en la imagen
de nunca reverdecer,
mirada y rumbo el coplero
pone para su caney,
cuando con trote sombrío
oye un jinete tras él.

Negra se le ve la manta,
negro el caballo también;
bajo el negro pelueguama
la cara no se le ve.
Pasa cantando en romance
sin la mirada volver:
"En la negra orilla del mundo
se han de hallar de quien a quien
aquél que ve sin mirar
y aquél que mira sin ver.

"Cuando esté más hondo el río
aguárdame en Santa Inés,
que yo lo voy a buscar
para cantar con úste.

"Soy retador de juglares
desde los siglos del rey.
Le sobra con esperarme
Si me quiere conocer."

Mala sombra del espanto
cruza por el terraplén:
hacia mármoles de ocaso
se alarga como un ciprés
Jinetes de lejanía
acompañan en tropel;
La encobijan y la borran
Pajas del anochecer.

La palma en la luz agónica
centra pávido ajimez.

Florentino taciturno
coge el banco de través.
Puntero en la soledad
que enlutan llamas de ayer,
caminante sin camino,
resero si una res,
parece que va soñando
con la sabana en la sien.
En un verso largo y hondo
se le estira el tono fiel,
con su América andaluza
en lo español barinés:
"Sabana, sabana, tierra
que hace sudar y querer,
parada con tanto rumbo,
con agua y muerta de sed.
Una con mi alma en lo sola,
una con Dios en la fe;
sobre tu pecho desnudo
yo me paro a responder:
sepa el cantador sombrío
que yo cumplo con mi ley
y como canté con todos
tengo que cantar con él…



EL SUR TAMBIÉN EXISTE
Mario Benedetti

Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
su cielo de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
        con sus llaves del reino
        el norte es el que ordena

pero aquí abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
        con su esperanza dura
        el sur también existe

con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
        con su gesta invasora
        el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
        con su fe veterana
        el sur también existe

con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos sus misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
        con todos sus laureles
        el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
        que todo el mundo sepa
        que el sur también existe



CREDO
Aquiles Nazoa

Creo en Pablo Picasso, todopoderoso, creador del cielo de la tierra; creo en Charlie Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones, que fue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo, pero que cada día resucita en el corazón de los hombres; creo en el amor y en el arte como vías  hacia el disfrute de la vida perdurable; creo en los grillos que pueblan la noche de mágicos cristales; creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa; creo en la cualidad aérea del ser humano, configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose como una purísima paloma herida bajo el cielo del Mediterráneo; creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente debajo de la almohada de mi niñez; creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música, yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré, salir liberada y radiante a la dulce Eurídice del infierno de mi alma; creo en Rainer María Rilke, héroe de la lucha del hombre por la belleza, que sacrificó su vida al acto de cortar una rosa para una mujer; creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia; creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar,  creo en un barco esbelto y distantísimo que salió hace un siglo al encuentro de la aurora; su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles, y junto a sus sienes un resplandor de estrellas; creo en el perro de Ulises, en el gato risueño de Alicia en el País de las Maravillas, en el loro de Robinson Crusoe, en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta, en Beralfiro el caballo de Rolando, y en las abejas que labraron su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero; creo en la amistad como el invento más bello del hombre; creo en los poderes creadores del pueblo, creo en la poesía y, en fin, creo en mi mismo, puesto que sé que hay alguien que me ama.



UN CANTO PARA BOLÍVAR
Pablo Neruda

Padre nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire
de toda nuestra extensa latitud silenciosa,
todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada:
tu apellido la caña levanta a la dulzura,
el estaño bolívar tiene un fulgor bolívar,
el pájaro bolívar sobre el volcán bolívar,
la patata, el salitre, las sombras especiales,
las corrientes, las vetas de fosfórica piedra,
todo lo nuestro viene de tu vida apagada,
tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios,
tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre.

Tu pequeño cadáver de capitán valiente
ha extendido en lo inmenso su metálica forma,
de pronto salen dedos tuyos entre la nieve
y el austral pescador saca a la luz de pronto
tu sonrisa, tu voz palpitando en las redes.

De qué color la rosa que junto a tu alma alcemos?
Roja será la rosa que recuerde tu paso.
Cómo serán las manos que toquen tu ceniza?
Rojas serán las manos que en tu ceniza nacen.
Y cómo es la semilla de tu corazón muerto?
Es roja la semilla de tu corazón vivo.
Por eso es hoy la ronde de manos junto a ti.
Junto a mi mano hay otra y hay otra junto a ella,
y otra más, hasta el fondo del continente oscuro.
Y otra mano que tú no conociste entonces
viene también, Bolívar, a estrechar a la tuya
de Teruel, de Madrid, del Jarama, del Ebro,
de la cárcel, del aire, de los muertos de España
llega esta mano roja que es hija de la tuya.

Capitén, combatiente, donde una boca
grita libertad, donde un oído escucha,
donde un soldado rojo rompe una frente parda,
donde un laurel de libres brota, donde una nueva
bandera se adorna con la sangre de nuestra insigne aurora,
Bolívar, capitán, se divisa tu rostro.
Otra vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo.
Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado.
Los malvados atacan tu semilla de nuevo,
Clavado en otra cruz está el hijo del hombre.

Pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra,
el laurel y la luz de tu ejército rojo
a través de la noche de América con tu mirada mira.
Tus ojos que vigilan más allá de los mares,
más allá de los pueblos oprimido y heridos,
más allá de las negras ciudades incendiadas,
tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez ace:
tu ejército defiende las banderas sagradas:
la Libertad sacude las campanas sangrientas,
y un sonido terrible de dolores precede
la aurora enrojecida por la sangre del hombre.
Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos.
La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,
de nuestra joven sangre venida de tu sangre
saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos.

Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre, le dije, eres o no ers o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
“Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo”.



EL PUEBLO VICTORIOSO
Pablo Neruda

Está mi corazón en esta lucha.
Mi pueblo vencerá. Todos los pueblos
vencerán, uno a uno.

Estos dolores
se exprimirán como pañuelos hasta
estrujar tantas lágrimas vertidas
en socavones del desierto, en tumbas,
en escalones del martirio humano.
Pero está cerca el tiempo victorioso.
Que sirva el odio para que no tiemblen
las manos del castigo,
que la hora
llegue a su horario en el instante puro,
y el pueblo llene las calles vacías
con sus frescas y firmes dimensiones.

Aquí está mi ternura para entonces.
La conocéis. No tengo otra bandera.



YO NO ME CALLO
Pablo Neruda

Perdone el ciudadano esperanzado
mi recuento de acciones miserables,
que levantan los hombres del pasado.

Yo predico un amor inexorable.
Y no me importa perro ni persona:
sólo el pueblo es en mí considerable:
sólo la Patria a mí me condiciona.

Pueblo y Patria manejan mi cuidado:
Patria y pueblo destinan mis deberes
y si logran matar lo levantado

por el pueblo, es mi patria la que muere.

Es ése mi temor y mi agonía.

Por eso en el combate nadie espere
que se quede sin voz mi poesía.



LA TIERRA SE LLAMA JUAN
Pablo Neruda

Detrás de los libertadores estaba Juan
trabajando, pescando y combatiendo,
en su trabajo de carpintería o en su mina mojada.
Sus manos han arado la tierra y han medido
los caminos.
                 Sus huesos están en todas partes.
Pero vive. Regresó de la tierra. Ha nacido.
Ha nacido de nuevo como una planta eterna.
Toda la noche impura trató de sumergirlo
y hoy afirma en la aurora sus labios indomables.
Lo ataron, y es ahora decidido soldado.
Lo hirieron, y mantiene su salud de manzana.
Le cortaron las manos, y hoy golpea con ellas.
Lo enterraron, y viene cantando con nosotros.
Juan, es tuya la puerta y el camino.
                                                   La tierra
es tuya, pueblo, la verdad ha nacido
contigo, de tu sangre.
                    No pudieron exterminarte. Tus raíces,
árbol de humanidad,
árbol de eternidad,
hoy están defendidas con acero,
hoy están defendidas con tu propia grandeza
en la patria, blindada
contras las mordeduras del lobo agonizante.

Pueblo, del sufrimiento nació el orden.

Del orden tu bandera de victoria ha nacido.

Levántala con todas las manos que cayeron,
defiéndela con todas las manos que se juntan:
y que avance a la lucha final, hacia la estrella
la unidad de tus rostros invencibles. 



YO JUSTIFICO ESTA GUERRA
Víctor Valera Mora
(fragmento)

III

Ellos pensaban que Ezequiel Zamora había concluido para siempre
y nunca más el planteamiento de su cuchillo y desmesurado corazón
regresaría a hurgar la paz de los oligarcas
Pero no todos los muertos viajan tranquilos
a algunos molesta estar ahí sin hacer nada
e insisten con terquedad
y regresan a presidir los nuevos combates
a dilucidar el asunto que los vistió de ausencia
Mas es cierto es reconocido
la caída en el sitio de San Carlos
fue una jugada de mala ley
pero olvidaron enterrar el sonido de sus sienes veladas
Zamora cabalga señores
ya los dientes del pueblo
están royendo los muros de vuestro reino
y no es el desarropado ni el sordo nie el ciego de ayer
ahora tiene bandera poetas y metal organizado

Recojan la cosecha de vientos que sembraron
Zamora cabalga en el incendio
y somos lo que sucede la posibilidad del porvenir…



EL VISITANTE DEL MAR
Víctor Valera Mora
(fragmento)

…Llamadme
el día de las canciones colectivas
de las rojas banderas enarboladas,
cuando pan y risa sean forma de gobierno
y Juan República Popular
sean nombres y apellidos del pueblo.
Estoy en lo justo, llamadme solamente.